Hace 15 años conocí a una gran mujer que no sabía que lo era.
Hoy miro a los ojos de esa gran persona de ya 75 años, nos conocemos, hay confianza, seguridad y serenidad y he sido su primera testigo firmando el documento de voluntades anticipadas. Tiene parkinson, le diagnosticaron hace 3 meses.
Hoy empieza una nueva fase en su vida e igual que le ayudé en la construcción de cambios de un periodo anterior, hoy estoy aquí con ella para planificar la última etapa que vivirá, y lo hablamos con la paz y el cariño que nos tenemos.
Nos conocimos cuando su marido estaba en cuidados intensivos, a los pocos días falleció y ella que no conocía de cuentas bancarias, ni de recibos ni de papeles tuvo que aprender; y esos papeles y esas cuentas le descubrieron unos gastos, unas deudas y a un marido que no conocía.
Nuestra relación empieza ahí, estando su marido ingresado en el hospital, María acude a la Unidad de Trabajo Social para solicitar orientación y ayuda, pues explica que vive con su hija de 30 años, que nació con grandes dificultades, quien tiene problemas de movilidad, por lo que se desplaza en silla de ruedas, hipoacusia bilateral (es sorda) y reducción importante de su capacidad visual y era su padre quien se hacía cargo de ella, mientras María iba a trabajar limpiando en varias casas.
A raíz de esta situación, se inicia la intervención con la trabajadora social del hospital, dando soporte emocional, haciendo acompañamiento a María cuando queda viuda y continuando en el proceso de duelo, generando espacios donde hablar y pensar en el futuro, mientras se va orientando y capacitando a María en asuntos burocráticos y prácticos, solicitamos la pensión de viudedad y orfandad e iniciamos el trámite de dependencia de su hija Ana, quien finalmente obtiene plaza en un Centro de Día para personas con discapacidad física.
Durante estos años Ana se ha integrado en el Centro de día y ha conocido Asocide, la Asociación de Sordociegos de España, un gran descubrimiento para ellas y para mí, grandes profesionales que le han proporcionado participar en actividades grupales, acompañamientos individualizados y atención personalizada.
Ahora han pasado los años, quince, y ha llegado el momento de iniciar la gestiones para una nueva etapa: Ana ya no es capaz de impulsar la silla y aunque dispone de una silla eléctrica, su madre no tiene fuerzas para impulsarle y han tenido que contratar a una persona que les ayuda, especialmente para levantarla y acostarla, pero mentalmente también se encuentra más deteriorada, y María, madre coraje, defensora incansable de su hija, mujer que resurgió de las cenizas, ejemplo de resiliencia, me comentaba hace unos días "Raquel, me encuentro rara" y más adelante me explica, "me han dicho que tengo Parkinson".
Y juntas, estamos preparando el camino para el futuro: las voluntades anticipadas, también llamado Testamento Vital o Instrucciones Previas, en sentido amplio, que incluye tanto las instrucciones sobre las actuaciones médicas en caso de no poder expresarlas, como de otros asuntos, como es la notificación de una situación de presunción de incapacidad de su hija para poder nombrar un tutor que vele por ella y la proteja, y el inicio del trámite de dependencia para María.
Y destacar que las decisiones sobre esta nueva etapa de la vida, que será la última, deben tomarse tranquilamente, deben ser decisiones meditadas, reposadas, habladas con la familia y personas de confianza y deben suponer el inicio del recorrido de un camino natural de la vida donde la guía sean los cuidados y la calidad de vida.
Cumplimentábamos el documento de voluntades anticipadas propuesto por la Consellería de Sanidad y me sorprendía la paz y la firmeza con la que completaba cada uno de los apartados que leíamos juntas, y que luego presentó en el Servicio de Atención al Paciente para formalizar que pudiera ser inscrito en el Registro de Voluntades Anticipadas de la Comunidad Valenciana.
La riqueza de esta profesión, el trabajo social sanitario, implica facilitar la transición en las etapas vitales, especialmente vinculadas a la pérdida de salud y autonomía, y es en la búsqueda de adaptación a los nuevos roles y nuevos ciclos cuando el acompañamiento profesional es más valioso, humanizando el sistema sanitario y ofreciendo una atención personalizada que integra lo sociosanitario.
Excelente entrada, me ha encantado.